Valía la pena, sí señor.
Así que empecé a escalar. Poco a poco, subiendo los escalones que esperaba que me llevaran al éxito.
Stairway to heaven.
Sólo que yo no compré esos escalones. Yo los estoy subiendo con mis propias fuerzas, cueste lo que cueste. Ya he conseguido subir al primer nivel, no voy a echarlo todo a perder a la mínima. Son los escalones más difíciles de subir en todo lo que llevo vivido, pero merece la pena.
¿Cosas nuevas? Infinitas.
¿Experiencias inolvidables? Incontables.
¿Complicaciones? Claro que sí, nunca pensé que no las iba a haber, pero hasta ahora sigo viva e ilesa... Además, ¿qué es la vida sin un poco de riesgo?
Si no sufriéramos en la vida, significaría que no sentimos. Y si no sentimos... ¿de qué nos sirve vivir?
Aquí estoy, disfrutando y haciendo lo mejor que puedo en cada situación. Y he de confesar, que pese a todos los problemas que he tenido y tengo desde que estoy aquí... estoy más feliz que nunca.
¿Por qué?
Porque estoy viviendo, y eso compensa toda complicación, te ayuda a superar toda piedra que aparezca en tu camino... en tu escalera hacia el cielo.
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