Bueno, he de decir que la vida te da sus sorpresitas oportunas, pequeños placeres, que es al fin y al cabo por lo que merece vivir.
La persona a la que va dedicada esta entrada sabrá que es ella.
Turquesa y rojo.
El desconcierto desapareció, los malentendidos fueron aclarados, problemas sobrepasados. Los engranajes vuelven a estar en su sitio, la conexión restablecida, y el tiempo... el tiempo, como si no hubiera pasado. Como si esos dos meses, angustiosos para recordar, nunca hubieran existido, como si todo hubiera sido un turbio velo que ahora se ha corrido, para dejar que vuelva a entrar la luz.
Ahora la luz ha reaparecido, el equilibrio vuelve a estar entre nosotras.
La verdad es que he de decir que simplemente había que esperar. Todo lleva su tiempo y su camino, lo que se ha de arreglar se arreglará, si es verdaderamente importante y necesario. Y en este caso, creo que se ha demostrado que de verdad era importante y necesario.
No sabes cuánto me alegro.
Como los asuntos infernales que tú y yo sabemos, esto era demasiado como para que se quedara así. ;)
No hay comentarios:
Publicar un comentario