lunes, 8 de agosto de 2011

two faces, two truths.

El destinatario de esta parte de la entrada es el mismo que el de esta
Hay gente con la que he flipado, hay gente con la que he flipado y no me esperaba hacerlo... Eso no es nada extraño, no estoy destinada a tener que llevarme bien con todo el mundo y tampoco quiero hacerlo. 
Luego estás tú. Lo tuyo es una constante. Pero en tu caso, ya no es un simple "flipar", no, ya he pasado ese límite. Lo tuyo es ya desesperación y rabia. Cabreo, cabreo del grande. Porque te lo he dicho millones de veces, incontables veces. Que me escuches. Que me dejes hablar. Pero tú... pasas. Vale, podía vivir así, viendo como pasabas de mí, porque me decía (y me decían) que era tu forma de ser, que no te podíamos cambiar. Bien. 
Ahora, pero, has empezado a pasar de ella. Y eso ya sí que no te lo permito. Bueno, me rectifico. No sé si has empezado ahora o es que ha sido ahora cuando yo me he empezado a dar cuenta....
Pero ella no se lo merece. Yo sé que no siempre he sido una maravilla contigo, pero ella... 
Aunque bueno, siempre has sido así. En mayor o menor medida, siempre ha tenido que ser todo lo que tú querías cuando tú querías, pero ahora te estás pasando. ¿No entiendes que no vives en una burbuja tú solito?
¿No entiendes que tendríamos que ser tu primera preocupación? Pero no, tú prefieres preocuparte por alguien ajeno antes que por nosotras. 
Tampoco entiendes las opiniones que sean diferentes a la tuya. Ni intentas entenderlas. Generalizas, generalizas mucho, y eso es algo que odio. ¿Por qué te guías por prejuicios, o cosas que te dicen, antes que por cosas que te digo yo? 
Te diría todo esto y más cosas, es más, te lo he dicho. Pero en tu caso es "por un oído me entra, y por el otro me sale".  

Eso por un lado. 
Dejando cabreos a parte, que están dando un toque amargo a este blog *ruedo los ojos*, en la otra cara de la moneda de mis sentimientos tenemos felicidad. Felicidad, porque voy a tener visita. 
I'm proud to announce... que el día 12 de este mes, mi arácnido preferido (que en ocasiones muta a zorra), ese ser para nada diminuto a quien le van los traficantes de paciencia y otras sustancias con perros, especialmente si son dramáticos y quejicas y tienen formas extrañas de sujetar el cigarrillo mientras tocan la guitarra, se viene a mi casa. Evidentemente estoy hablando de mi querida (Spider-)Sarit.
¡SISISISISISISI, voy a tener a Sarit en mi casa! Aunque sea sólo para unos tres días, si les sumamos los otros tres días que nos vimos cuando estuve en Madrid, ya tenemos casi una semana entera juntas. (Bueno, tal vez es para que luego no nos hartemos cuando nos veamos día sí y día también en la residencia...) 
Muhahahahaha, qué bien me lo voy a pasar.

... y como no tengo nada más que decir...
Cheers!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sonic Screwdriver